La pérdida de los valores fundamentales contribuye a una deficiente forja de carácter en las edades más tempranas. Dentro de la educación que podemos trasladar a nuestros hijos uno de los valores principales debe ser, la recuperación del espíritu de sacrificio y del esfuerzo personal para superar las dificultades que sí o sí se encontrarán en la vida. Apostamos por la práctica de deportes que favorezcan la lucha por lo esencial, por los valores eternos. Abandono de lo accesorio.
Tenemos que soportar como la progresía machaca y condena al ostracismo a un deporte milenario con el pobre argumento de no fomentar la violencia, ¿violencia? ,sin piedad y en horario infantil proyectan a melenudos anabolizados...