domingo, 26 de junio de 2011

DUM DUM PACHECO, EL PUÑO DEL TERCIO

No fue fácil la juventud de José Luis Pacheco. Hijo de una familia humilde, hacinados en las corralas del Madrid castizo, condenados a no tener futuro cayó pronto en la delincuencia juvenil: «Nos llamábamos Los ojos negros, porque todos teníamos los ojos grandes y oscuros. Éramos los dueños de Madrid, una especie de mafia juvenil. Si no hacían lo que queríamos, armábamos tres broncas y a hacer puñetas la discoteca. Gracias a nosotros, Camilo Sesto empezó a actuar en un local de Usera, con su primer grupo, Los Dalton. Caímos presos casi todos, por cambiar las cosas de sitio. Cogíamos coches, motos, la Montesa, la Bultaco». «Entré con 16 años, con una pena de seis meses, pero estuve tres años por mala conducta. Conocí a El Lute, a Jesús Gil, a Antonio Gades... Siempre he sido muy echaopalante; o pasas por el aro o te enfrentas. Estuve cuatro meses en una celda de castigo: dos metros de largo por 1,5 de ancho, en un sótano incomunicado, una mazmorra. Sólo había un catecismo y cucarachas». «Aprendí a rezar. Jugaba al triángulo con migas de pan con las cucarachas. En verano te dejaban un cubo de agua para todo el día. Caían dentro los chinches. Como no había luz, metías el hocico para beber agua y sentías a los chinches en la garganta. Te los tragabas». «Era obligatorio estar de pie. Cuando entraban y me encontraban sentado, se liaban a palos con una porra hasta dejarme sin conocimiento».

Sin embargo pronto le llegó la redención y se alistó al Tercio de la Legión de Ceuta, el Duque de Alba: «Me fui voluntario. Siempre he sido aventurero, amante del riesgo; siempre he estado cerca del peligro. Estuve a punto de irme de mercenario, al Congo, o a Mozambique, no me acuerdo». «Me hicieron legionario de honor. Llevo siempre el emblema de la Legión, para mí está por encima de todo. Allí empecé a leer mucho. La gente hablaba todo el rato de Franco y me empecé a identificar con él. Entonces sólo tenía tres ídolos: Hernán Cortés, Franco y Elvis Presley». «¡Me encanta llevar la bandera de España. Si por mi fuera la llevaría hasta el día de la muerte. Soy patriota de los pies a la cabeza!».

Comienza de boxeador amateur para dar muy pronto el salto a una larga y exitosa carrera de boxeador profesional jalonada de exitos (74 victorias, 51 por KO junto a 22 derrotas) y caracterizada por la dureza de sus golpes. «Cincuenta boxeadores se retiraron después de pelear conmigo. A Toni Ortiz le tiré en el tercero y le rompí la mandíbula por siete sitios. Le quitaron la licencia». «He ganado más dinero que campeones del mundo. En Bilbao me dieron un millón y medio de pesetas por una pelea sin título. Los promotores decían 'hay que darle lo que pida, que sale barato', porque sabían que yo nunca me quejaba y aceptaba pegarme con todos». «El apodo me lo puso Julio César Iglesias, en mi primera pelea como profesional. Dum Dum era el nombre de las balas estríadas que te penetran y cuando salen te rompen. Yo siempre ganaba por K.O. Ya me pagaban siendo amateur. En Bilbao no me tenían manía por llevar la bandera española en el calzón sino porque les daba a todos mis rivales unas palizas que les dejaba lisiaos».

Sólo un accidente de tráfico truncó su carrera: «Estaba separado y venía de ver a mi hijo en Aguadulce. Era el verano de 1982. Me comí las elecciones en el hospital. Era joven, bebía y me gustaba mucho correr. En una curva choqué de frente con un camión. Entré en coma nada más darme el golpe. Tengo 30 clavos y cuatro placas. Me dieron por muerto».

Justificar a ambos lados
Dum Dum Pacheco: boxeador de gran violencia, patriota, legionario y vividor. Todo un ejemplo de lo políticamente incorrecto.

*artículo cortesía del CBPU-Castellón