En Montreal (Canadá), asistió el otro día una multitud de 12.200 espectadores al combate entre Lucien Bute y Fulgencio Zúñiga. Quince mil ruidosos supporters irlandeses asistieron al épico Dunne vs. Córdoba y 51.000 aficionados llenaron hasta los topes hace unos meses para ver in situ el Calzaghe vs. Kessler. Otros 50.000 seguidores atestaron el Manchester Stadium para ver el Hatton vs. Lazcano. En enero, ¿saben qué acontecimiento rompió el récord de asistencia al Staples Center de Los Angeles Lakers? Pues sí, un combate de boxeo. Un peleón, entre “Sugar” Shane Mosley y Antonio Margarito, el pasado mes de enero.
En Alemania, el otro sábado, 11,5 millones de telespectadores (como aquí, el Real Madrid en una final de Champions o Fernando Alonso) asistieron a través de la RTL al Vitali Klitschko vs. Juan Carlos Gómez, con un 55% de share de audiencia. Y en Italia, en Francia, no digamos en México, Puerto Rico o Argentina. Ahora mismo, hay cuatro campeones mundiales de Japón, 3ª potencia mundial. Y hasta en Rusia, se dio, con un lleno absoluto, hace poco más de un año, el primer Campeonato del Mundo del Peso Pesado. Ucrania domina los pesos pesados.
Pues aquí en España, parece que hay pedir perdón por seguir el boxeo, como toda la vida. Firmas y centros comerciales no quieren bajo ningún concepto, que sus nombres, tan reputados ellos, se les identifique con este deporte del "pasado". ¡Serán catetos! Vivir para ver.
En Alemania, el otro sábado, 11,5 millones de telespectadores (como aquí, el Real Madrid en una final de Champions o Fernando Alonso) asistieron a través de la RTL al Vitali Klitschko vs. Juan Carlos Gómez, con un 55% de share de audiencia. Y en Italia, en Francia, no digamos en México, Puerto Rico o Argentina. Ahora mismo, hay cuatro campeones mundiales de Japón, 3ª potencia mundial. Y hasta en Rusia, se dio, con un lleno absoluto, hace poco más de un año, el primer Campeonato del Mundo del Peso Pesado. Ucrania domina los pesos pesados.
Pues aquí en España, parece que hay pedir perdón por seguir el boxeo, como toda la vida. Firmas y centros comerciales no quieren bajo ningún concepto, que sus nombres, tan reputados ellos, se les identifique con este deporte del "pasado". ¡Serán catetos! Vivir para ver.